domingo, 18 de marzo de 2007

PARTICIPACIÓN JOVEN

[Realidades del México Actual: Participación]


Comúnmente se dice que el futuro de un país reside en sus jóvenes, sin embargo, cuando ellos quieren participar se les niega sistemáticamente cualquier oportunidad de actuar y de participar en las decisiones del presente.

Realmente es una controversia, pues por un lado tenemos una postura que incita a los jóvenes a tratar de prepararse lo mejor posible, para que tiempo después, puedan intervenir en el rumbo del país con ideas nuevas, frescas y renovadoras que sirvan para el bien común, pero por otro, tenemos una indiscutible posición de mantenerse al margen. De lo primero se deriva, que el gobierno destine fondos para el desarrollo educativo de la nación, proveyendo tanto al instructor como al alumnado de las herramientas necesarias para una buena enseñanza y aprendizaje. De lo segundo, se presenta la manipulación, las amenazas y el abuso del poder.

Desde el surgimiento de las universidades y de una mejor preparación de los jóvenes, se han observado cambios que tienen que ver directamente con el nuevo enfoque que adquieren, desde una perspectiva crítica, para enfrentar lo que al país le acontece, tratando de encontrar el problema y desde luego, buscando o proponiendo una solución. Tales acciones han rendido fruto ya que de manera general han logrado concienciar a la gente de lo que realmente sucede, aunque para lograrlo, se han tenido que enfrentar a las acciones represivas del gobierno, que ve amenazado su control, su dominio.

Un ejemplo muy notorio y que quedará en la historia, fue lo que sucedió el 2 de octubre de 1968, en dónde, una manifestación de entre jóvenes, niños, padres de familia y trabajadores de distintas funciones, fue reprimida de forma inhumana mediante la intervención del Batallón Olimpia del ejército y de agentes de la policía que dispararon a quema ropa, sin distinción alguna, hiriendo y matando a una infinidad de personas que se dio cita en la Plaza de las Tres Culturas. Dicho acto fue y es reprobable, ya que tanto el CNH (Consejo Nacional de Huelga) y demás jóvenes involucrados argumentaron que no tenían más armas que sus ideas, las cuales fueron aplacadas a la fuerza pese a que estaban dispuestos a dialogar pero de manera pública, lo cual, nunca sucedió.

Como se ha mencionado, por una parte, nos encontramos con algo que motiva a la gente nueva a participar, a actuar, a dejar a un lado el entredicho de que por ser joven no podemos involucrarnos en las decisiones del país, aunque por otra, siempre están los hechos violentos producto del posible daño del que pueden ser objeto los intereses de las personas que se encuentran en la esfera del poder.

Lo cierto es, que cuando uno es joven siempre es muy “aventado”, pues no toma en cuenta las posibles consecuencias que cierto acto puede traer consigo, pero de igual forma lo es, que si nunca somos capaces de adquirir esos riesgos, nunca sabremos si podremos superar los obstáculos que se nos presenten.

En la actualidad se toma en cuenta mucho el tener experiencia, pues es algo que se adquiere con los años y que va forjando el criterio de cada persona. Lo anterior es una enseñanza que obviamente no poseen los jóvenes, sin embargo, tienen ideas comunes y realizables que pueden ser implementas para el bien común, para la mejora social. Por lo regular nunca se asocian buenas virtudes a los jóvenes, pero yo realmente no lo creo así.

Los jóvenes queremos y podemos participar.

Javier Bartolo Trujillo A01050151

Referencias:

Poniatowska, Elena. La noche de Tlatelolco. Editorial Era. México, 1971

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