[LA NOCHE DE TLATELOLCO: MÉXICO 1968]
¿Quiénes son los muertos de Tlatelolco? ¿Quién, entre las miles de personas que se reunieron en la Plaza de las Tres Culturas la tarde del 2 de octubre de 1968, no llegó a casa esa noche? ¿Quién, en cambio, cayó en algún momento oscuro durante el fuego cruzado entre los agentes gubernamentales que disparaban desde los departamentos en el extremo de la plaza y los soldados que pululaban abajo? ¿Quién murió a causa de sus heridas, mientras una ambulancia de la Cruz Roja se abría paso por las calles de la Ciudad de México rumbo a una sala de emergencias? ¿Quién agonizó días más tarde en una cama de hospital?
¿Quiénes son los muertos? ¿Cuáles eran sus nombres?
Así, hay preguntas que han acechado a México durante 39 años ya. Tal vez en otro lugar, en otra época, habrían sido contestadas en forma sencilla, quizá con autopsias y certificados de defunción, reportes de policía, registros de hospital, películas, fotografías, y buen periodismo.
Pero México no era ese lugar, y 1968 no era esa época tampoco. Pues el México de 1968 no era más que una nación de secretos y mentiras, donde los rumores desvirtuaban a los hechos, la propaganda se enmascaraba como noticia y los funcionarios gubernamentales no le rendían cuentas a nadie.
Como consecuencia, actualmente no tenemos ni una versión oficial ni una extraoficial de la matanza de Tlatelolco, que pueda explicar sus persistentes misterios: ¿Qué órdenes dio el gobierno conducido por el PRI a sus militares, policías y servicios de inteligencia el 2 de octubre? ¿Qué altos funcionarios de la administración de Díaz Ordaz dieron esas órdenes?
…“Coronel, si en el desempeño de sus funciones tiene usted que violar la Constitución, no me consulte, porque yo, el Presidente, nunca le autorizaré a que la viole; pero si se trata de la seguridad de México o de la vida de mis familiares, coronel, viólela. Pero donde yo me entere, yo, el Presidente, lo corro y lo proceso, pero su amigo Gustavo Díaz Ordaz, le vivirá agradecido…”
¿Qué hay de cierto en esto?...
Es así que ante la negativa de la verdad en este acontecimiento tan vergonzoso para México, en 1971, Elena Poniatowska escribió un recuento personal que sin precedentes, basado en testimonios. Líderes estudiantiles de la época, como Luís González de Alba, aportaron importantes testimonios presénciales de la matanza.
Y, sin embargo, nadie ha resuelto el problema. ¿Quién murió? Sigue siendo la pregunta obligada.
La masacre estuvo precedida por meses de intranquilidad política en la capital mexicana, con manifestaciones y protestas estudiantiles para apoyar los eventos que sucedían en el mundo en 1968.
El 27 de agosto más de 200.000 estudiantes marcharon por el centro de Ciudad de México y se instalaron en el Zócalo (plaza central del D. F.). Al día siguiente fueron reprimidos por la policía y el ejército mexicano.
Los estudiantes buscaban ATRAER LA ATENCIÓN que había sobre la ciudad por los Juegos Olímpicos de 1968,MAS NO CANCELAR LAS OLIMPIADAS, era más bien aprovechando la situación para que sus demandas fueran atendidas . El entonces presidente Gustavo Díaz Ordaz, estaba empeñado en detener las protestas y en septiembre, semanas antes de la masacre, ordenó al ejército ocupar el campus de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM). El ejército detuvo y golpeó indiscriminadamente a muchos estudiantes. Como señal de protesta el rector Javier Barros Sierra renunció el 23 de septiembre.
A pesar de esto, las protestas estudiantiles no se acallaron. Las manifestaciones crecieron en tamaño hasta que el 2 de octubre, luego de nueve semanas de huelga estudiantil, 15.000 estudiantes de varias universidades marcharon por las calles de la ciudad, llevando claveles rojos para protestar por la ocupación del campus universitario. Al caer la noche, 5.000 estudiantes y trabajadores, muchos de ellos con sus esposas e hijos, se congregaron en la céntrica Plaza de las Tres Culturas en Tlatelolco.
Al final del día fuerzas militares y policiales —equipadas con coches blindados y vehículos de combate— rodearon completamente la plaza y abrieron fuego, apuntando a las personas que protestaban y a las que pasaban en ese momento por el lugar. En breve una masa de cuerpos cubría toda la superficie de la plaza.
La masacre continuó durante la noche, los soldados allanaron los edificios de apartamentos adyacentes a la plaza. Testigos de los hechos aseguran que los cuerpos fueron sacados en camiones de basura. La explicación oficial del incidente fue que provocadores armados, ubicados en los edificios que rodeaban la plaza, iniciaron el tiroteo, y las fuerzas de seguridad respondieron en defensa propia. Los medios de difusión de todo el mundo publicaron la noticia de que se había registrado el choque más sangriento entre los estudiantes y tropas del gobierno.
Pero sin más así volvemos a la misma pregunta de siempre ¿Quiénes son los muertos? ¿Quién les dio la orden? Estas preguntas una y otra vez regresaran, ¿crees tu que algún día lo descubriremos?...
Ma. Luisa González
Referencia:
Poniatowska, Elena.(2000).La Noche de Tlatelolco.México:Era
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