sábado, 17 de febrero de 2007

PRÁCTICA DISCURSIVA POLÍTICA

[La revolución, la constitución: Plan de San Luis]
En estos nuevos tiempos de cambios y descubrimientos de todo tipo, la política no podía quedar relegada, a tal punto, que los nuevos modos para abordar los temas de Ciencia Política, desde lo estratégico hasta lo convencional, han sido asediados por nuevas ideologías. Pese a lo anterior, algunos de los partícipes han modificado su manera de actuar haciendo alusiones a expresiones o frases que años atrás fueron aplicadas por personajes célebres.

Una de las herramientas más versátiles y benéficas de la política ha sido y será el discurso, medio por el cual los contendientes ponen al manifiesto su propuesta política.

El discurso en sí, es una alocución formal (acto oral de dirigirse al público) cuya multiplicidad de enfoques lo han llevado a ser definido de diversas maneras (como una estructura verbal, un evento comunicativo cultural, una forma de interacción, etc.) y hoy en día tanto el discurso hablado como el escrito se consideran una forma de interacción contextualmente situada.

Cabe mencionar, que muchas de las acciones emprendidas por los candidatos actuales traen consigo un trasfondo histórico que hace referencia a ideas pasadas que siendo adaptadas a la época pretenden ser implementadas. Esto quizás de buenos resultados, sin embargo, hay que considerar el hecho de que tales eventos sucedieron en una época muy diferente a la que se vive hoy en día, por lo que las consecuencias pueden ser inesperadas o bien suscitar una algarabía nacional.

Un ejemplo muy claro y evidente, es el que se suscitó el año pasado (2006) cuando el candidato a la Presidencia de la República por parte del Partido de la Revolución Democrática (PRD) y aliados, Andrés Manuel López Obrador, tras haber perdido las elecciones del 2 de julio se mostró inconforme pues argumentaba que se había suscitado un fraude electoral, motivo por el cual, decidió realizar manifestaciones de protesta que lo llevaron finalmente a tomar cauces no institucionales, conforme a la legalidad imperante en México, para anunciar la conformación de lo que llamó un gobierno paralelo, figura a la que la legislación mexicana no confiere ninguna atribución. Del mismo modo, hizo que sus simpatizantes y colaboradores cercanos lo proclamasen, como lo que llaman ellos, el presidente legítimo. Dichas acciones que emprendió AMLO, se asemejan bastante a las llevadas a cabo por el líder político Francisco I Madero en 1910, año en el que promulgando el Plan de San Luís llama a la sociedad a levantarse en armas en contra del entonces presidente, el General Porfirio Díaz, desconociendo su reelección en el cargo, anulando las recientes elecciones por otras nuevas y anunciando como fecha de levantamiento el 20 de noviembre.

Del párrafo anterior, se puede concluir que ambos personajes políticos acuden a las mismas instancias discursivas (en las que violan las leyes constitucionales) para lograr objetivos hasta cierto punto comunes.

En conclusión, la metodología del discurso político corresponde a una serie de ideas pasadas y recientes que se conjugan para obtener cierto beneficio, en general, trata, desde una perspectiva crítica, de sustentar una propuesta que lo llevan a ser concebido como una práctica social desde la cual se establecen relaciones entre las instituciones y las estructuras sociales que le sirven de contexto.

Javier Bartolo Trujillo 1050151

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