lunes, 26 de febrero de 2007

Al rescate de la moral

[La Gran Familia Méxicana: Prostitución]



En los años veinte del siglo pasado era muy común escuchar a hombres honorables hablar de la moral, esto se debía a que la mayoría de sus actos estaban dedicados, voluntaria o involuntariamente, a salvar o mantener su honor y un cierto tipo de conducta dentro de una sociedad delatora de delitos.

Sin embargo y contrario a lo que muchos piensan, algunos de estos discursos sobre la moral no eran del todo decorosos, ya que se basaban en hechos para los cuales la sociedad de esa época no se encontraba preparada, ni tenía una ideología preestablecida sobre la cual actuar. Las casas de citas, las “hijas de la alegría” y, en general, el tema de la prostitución, seguían siendo temas tan polémicos como lo fueron durante el siglo XIX, e incluso como lo son en la actualidad.

Los hombres veían en la prostitución la manera perfecta para salvar su moral, debido a que, al estar con una prostituta, contribuían al desarrollo y mejoramiento de la calidad de vida de ésta. Esto se entiende mejor si se toma en cuenta que muchas mujeres eran viudas y con hijos, que trabajaban como sirvientas, costureras, lavanderas, operarias y vendedoras ambulantes, cuyos salarios no rebasaban los veinticinco centavos diarios; por lo que veían en la prostitución una manera “honrosa” de ganarse la vida y salir adelante.

Ahora nos preguntamos: ¿que podía esperar el doce por ciento de las mujeres entre quince y treinta años de edad que eran o habían sido prostitutas alguna vez en su vida? Seguramente la mayoría esperaba seguir con su distinguido rol dentro de la sociedad y esperar la muerte a causa de enfermedades de transmisión sexual; mientras que muy pocas esperaban tener suficiente suerte para que un hombre se fijara en ellas y las rescatara de su mundo cotidiano.


Para finalizar se puede decir que la prostitución, durante los años veinte del siglo pasado, sirvió como escaparate en primer lugar para la moral de los hombres, que hacían una obra de caridad al dar dinero a las prostitutas y contribuir con su desarrollo. En segundo lugar para la moral de las mujeres, que veían en la prostitución un oficio como tantos otros que les permitía, en muchos casos, salir adelante y mejorar las condiciones de vida de su familia.


Autor: José Escamilla 960923


Referencia:
García Peña, Ana Lidia. El Fracaso del amor. Género e individualismo en el siglo XIX mexicano. México: Colegio de México-UAEM


domingo, 25 de febrero de 2007

CORRUPCION


[El Lado Oscuro de La Modernidad: La Corrupción en México]


En este apartado del blog trataremos sobre un tema muy importante, la corrupción en México y su evolución durante la historia de nuestro país.

Para empezar nos remontaremos a la época de la conquista, en donde la población de las culturas indígenas tenía una cultura y un respeto por la naturaleza avanzado. La llegada de los españoles trajo con ellos no sólo enfermedades, alimentos, costumbres, religión y objetos nuevos sino también al mestizaje, producto muchas veces de españoles sin cultura que trataban a la gente del lugar como seres inferiores; por lo que las riquezas se empezaron a repartir en la minoría de la población y se empezó a explotar a la mayoría de los indígenas.

Años después se produjo el movimiento de independencia, el cual tenía buenos propósitos, como la liberación y el bienestar de la mayoría del país, sin embargo la lucha del poder trajo consigo traiciones y guerra. Al quedar el país en libertad, surgieron nuevos problemas, y nuevas preguntas, una de ellas ¿Cómo repartirnos la riqueza?. Si bien el abuso y la lucha de poder se comprueba analizando la base de la sociedad que es la familia con los tantos casos de divorcio presentados en el libro El Fracaso del Amor de Ana Lidia García Peña, en el cual se describe la facilidad con la que se separaban las familias y en las que muchas veces la parte vulnerable quedaba mal económicamente. También otro ejemplo muy representativo, el presidente Benito Juárez, quien es uno de los personajes más importantes de nuestra historia y reconocido por sus buenas acciones, se intento reelegir, lo cual no estaba permitido.

Estas ideas nos llevan a pensar que la corrupción ya se estaba volviendo algo cotidiano desde el siglo XVIII y los grupos que intentaban erradicar este problema pronto se volvían parte de el. Nada más hay que observar las acciones de Porfirio Díaz, quien ponía a sus compadres en la presidencia para ocultar su reelección.

Tras la lucha de revolución, parecía que estos problemas iban a terminar, sin embargo surgió un gobierno casi estacionario donde el descaro llego a su plenitud, desde realizar matanzas tratando de ocultar la verdad, hasta que viéramos como los gobernantes que deberían de servir al pueblo solo aprovechaban alguna ocasión para robar dinero y la gente debía de tolerar estas actitudes, otro ejemplo muy claro es el exgobernador Montiel quien en la lucha por la presidencia, empezaron a dar a conocer todos los actos de corrupción que había realizado en su gobierno. Él ahora esta impune y nadie le dice nada.

Los casos de corrupción en el país son muy antiguos, llevamos ya casi 500 años con este problema que crece cada vez más, y será difícil erradicarlo en poco tiempo. Si bien no podemos cambiar a los demás, lo que podemos cambiar es nuestra forma de pensar, y deshacernos de esa tolerancia a la corrupción, y solo me queda confiar en que tengamos el carácter para esta tarea.

Autor: LUIS GARCÍA 961235

LA LOCURA COMO PREJUICIO MEXICANO

[El Lado Oscuro de la Modernidad: La Locura]




¿Acaso será que todos estamos locos? ¿Qué es un loco? Si nos referimos directamente al Diccionario de la Real Academia por la palabra loco, ésta significa, ser que ha perdido la razón, ser de poco juicio, disparatado e imprudente, entre algunas definiciones, pero esto es cierto, muchas veces sólo llamamos loco al que es diferente, pero no por esto falto de razón o imprudente, sólo valoramos a veces las acciones de la gente conforme a lo que creemos, a lo que uno esperaría como comportamiento medio; pero como ya es de saber no hay ser que no se equivoca al menos una sola vez, y los hombres en esta calidad no son la excepción, dado esto, es poco probable que a las personas que se le llame locos sean en realidad esto, dista mucho, sólo y a veces es la forma en que cada persona por sus experiencias previas concibe el mundo.

Este tipo de juicios adelantados, prejuicios, son muchas veces algo que impide a nuestra sociedad avanzar como tal, un claro ejemplo lo tenemos cuando, a casi todas la personas que asisten a un psiquiatra o psicólogo se los cataloga como locos, faltos de juicios, simplemente desordenados, cuando en realidad estas visitas sólo pueden ser para establecer un equilibrio entre el espíritu y el ser actuante, si no pareciera real, sólo hay que observar la página “http://www.parametria.com.mx/es_cartaext.php?id_carta=10” (página dedicada al estudio de análisis de opinión), para darnos cuenta de la realidad en la que vivimos, ya que tan solo basta con ver que el 68% de los mexicanos piensan que las personas que asisten a un psiquiatra o a un psicólogo tienen problemas graves, es decir, padecen depresiones profundas o sentimientos casi como el suicidio, cuando esto puede ser totalmente erróneo. Estas áreas tan avanzadas de la medicina, no pueden ser vistas como sólo para los locos, en realidad son una oportunidad del ser humano no solo para curar su cuerpo, sino todo lo que este cuerpo carga, como las ideas. Estos prejuicios que muchas veces son comunes en la sociedad mexicana, evitan que logremos avances significativos como sociedad, como último ejemplo me gustaría mencionar que el 53% de los mexicanos piensan que las personas que asisten con regularidad al psicólogo o psiquiatra tienden a crear un dependencia hacia este tipo de médicos, es tan absurdo como si uno se hiciera adicto a ir al gastroenterólogo o neumólogo, esto no sucede y si este fuese el caso, el paciente sería hipocondríaco, él cual tiene que ser tratado por un psicólogo o psiquiatra.

Para finalizar, me gustaría comentar a titulo personal que debemos luchar a diario para avanzar como sociedad, y de esta manera conseguir los cimientos de un mejor país, y este tipo de actitudes como los prejuicios, para nada ayudan, por lo que este tipo de acciones debemos borrarlas, suprimirlas.

Luis Gustavo Trueba T. 961032

Referencia:
http://www.parametria.com.mx/es_cartaext.php?id_carta=10

Actitud hacía el psicólogo y/o psiquiatra

[El Lado Oscuro de La Modernidad: Actitud hacía los problemas mentales, neorológicos o de comportamiento]




En la actualidad es más común la presencia de algún tipo de problema mental, neurológico o de comportamiento, y a pesar de esto es muy difícil que las personas que lo padecen lo reconozcan, pero sobre todo que lleven un tratamiento.

Cerca de 450 millones de personas en todo el mundo padecen de algún problema mental, neurológico o de comportamiento. Alrededor de 873,000 individuos en el planeta mueren por suicidio cada año. Y uno de cada cuatro pacientes que visitan al médico sufre de un desorden de tipo psicológico, y sin embargo, como sucede en la mayoría de los países, estos casos no son diagnosticados y mucho menos tratados.

Todas estas cifras reportadas por la Organización Mundial de la Salud, representan una señal de alerta en este inicio de siglo para todas las naciones debido a los grandes costos económicos y sociales que se generan a partir de esta clase de trastornos. No obstante, a pesar de que las enfermedades mentales van en ascenso, la principal barrera para enfrentar este problema en el mundo entero ha sido la falta de reconocimiento y entendimiento de la seriedad del asunto tanto de autoridades como de la población en general.

Aún cuando acudir con un psicólogo o psiquiatra puede ser de gran ayuda para las personas, incluso si no se tiene ningún problema mental, seis de cada diez mexicanos cree que a la gente en México le da pena visitar a esta clase de especialistas, mientras que dos de cada diez opina que no es así.

Esto representa un gran problema para la sociedad, ya que las personas no le dan la importancia que requieren este tipo de enfermedades y por lo tanto las ignoran, pero peor aún es cuando las personas que saben que tienen este tipo de problemas, por simples prejuicios sociales no acuden con un psiquiatra o psicólogo para llevar un tratamiento. Esto se debe a que los mexicanos le dan mucha importancia al “qué dirán”, y por lo tanto prefieren poner en riesgo su salud que acudir con un especialista y también debido al rechazo social tanto para ellos como para su familia.

Para poder erradicar estos prejuicios sociales los psicólogos, psiquiatras y el sistema de salud en general, tendrán que hacer un gran esfuerzo para conseguir que la sociedad mexicana perciba estas enfermedades con la seriedad debida, y no como un pretexto para juzgar a las personas que las padecen.

Erika Esparza Esquivel 961010

Referencia:

http://www.parametria.com.mx/es_cartaext.php?id_carta=10

domingo, 18 de febrero de 2007

EL MATRIMONIO DEL SIGLO XIX

[La Gran Familia Mexicana: Matrimonio Siglo XIX]



¿Amor o simple compromiso? Buena pregunta que debían hacerse los individuos en aquella época ¿No crees? Que tiempos aquellos, en los que realmente no nos hubiese gustado vivir, ¿Cierto o no?, remontémonos al México antiguo tan solo unos instantes, a aquellas épocas donde uno como mujer pasaba a segundo plano en este compromiso social.

Así pues, el matrimonio era un asunto económico, social y político a la vez. Basémonos en la polémica que causo en nuestra clase de Sociedad y desarrollo la lectura y análisis de El fracaso del amor. Un libro realmente polémico, quizá porque desde el título nos impactó, pues debemos considerar que este es un tanto atractivo pero al mismo tiempo un poco tramposo y pesimista: lo que el libro parece decirnos es que a lo largo de un siglo, el XIX, y en la eterna pugna entre los géneros, con el naciente afán individualista, el amor resultó duramente sacrificado, pues nos llevó a compenetrarnos en cada una de sus páginas y en cada capítulo donde encontramos actitudes y acciones tan contrastantes como matrimonios, concubinatos, adulterios, rencores, venganzas, resentimientos y, finalmente, convenios económicos, lo mas triste de todo muy poco amor, al menos tal como lo entendemos hoy, como la comunicación íntima de dos personas, no sólo la firma de un convenio, la recepción de un sacramento o el frenesí de un arrebato sexual.

Ahora, y ciertamente nosotros quienes vivimos en el siglo XXI todavía creemos saber lo que es el amor y nos parece ciertamente frustrante y extraordinario lo que nos narra Ana Lidia García Peña acerca de su propio fracaso. Lo que significa que antes de hablar de amor, como de cualquier otro sentimiento en aquella época, hay que situarlo dentro de su tiempo y de sus circunstancias. Así bien el libro no busca aclarar el concepto, puesto que tampoco parece necesario cuando se va a tratar de divorcios y pleitos conyugales.

Pero hemos de preguntarnos porque durante siglos la palabra amor tuvo un significado diferente, circunscrito al ámbito religioso y sublimado como caridad, o condenado como amor profano, tentación de Satanás. Este es otro dilema que se nos presenta el amplio mundo de El fracaso del amor, en donde la doctora García Peña, afirma que hay algo del mal amor, pero nada del que nos parecería bueno; mucho de autoridad, de violencia y de sadismo y nada de compenetración, de confianza y mutuo apoyo. Cerca de los 300 matrimonios que pidieron el divorcio a lo largo del siglo parecían odiarse, y por lo mismo, se hacían la guerra. Y claro está que en una guerra vencerá el que tenga más armas o sepa utilizarlas mejor. En este caso y en la mayoría casi siempre ganaban los hombres, pues eran los de mayor autoridad y de mayor fuerza física, pero… ¿Y que hay de ellas? … nunca esta de más averiguarlo ¿No crees?...


María Luisa González Peña 1050280

Bibliografía:

ANA LIDIA GARCÍA PEÑA, El fracaso del amor. Género e individualismo
en el siglo XIX mexicano, México, El Colegio de
México, Universidad Autónoma del Estado de México, 2006

¿Arriesgar para empeorar?

[La revolución, la constitución: La Revolución]




La Revolución Mexicana es la última guerra, y una de las más cruentas de que se tenga memoria en nuestro país. Maderistas, villistas, zapatistas, carrancistas, son sólo algunos de los nombres de los grupos políticos y militares más importantes de esa época; grupos que tenían intereses y objetivos muy diversos al margen de discursos e ideales políticos muy distintos.

Por un lado, los grupos con cierto poder económico se vieron beneficiados con el derrocamiento de Porfirio Díaz, sin embargo este suceso solo benefició a unos cuantos. Por otro lado y contrario a lo que se piensa, en los grupos sociales de la población media y baja se generó un gran descontento y se vislumbraba un panorama de insatisfacción tras la derrota de dicho personaje.

Debido a este malestar general de la población, miles de campesinos, artesanos, obreros, peones y demás integrantes de la clase baja, principalmente, se vieron en la penosa, pero no menos honrosa, necesidad de pelear por aquello que les habían prometido, por aquellos ideales y aquellos objetivos olvidados, es decir, por los verdaderos propósitos de la revolución, que sólo había favorecido a unos cuantos.

Es aquí donde nos preguntamos, ¿hasta qué punto está dispuesta una persona a arriesgar sus intereses, sus bienes y hasta su propia vida, siguiendo un “simple” ideal de libertad y justicia social? Si preguntamos a aquellos integrantes de los ejércitos villistas y zapatistas, la respuesta es más que obvia: hasta la muerte.

No cabe duda que la Revolución Mexicana dio muestra de ser un movimiento social radical, en el sentido de que hombres y mujeres se hallaban a disgusto con sus condiciones de vida y se vieron en la necesidad de luchar sin descanso en contra de la opresión y la injusticia, incluso a costa de sus propias vidas; hasta que vieron cumplidos sus propósitos y demandas con la Constitución promulgada en 1917.

sábado, 17 de febrero de 2007

PRÁCTICA DISCURSIVA POLÍTICA

[La revolución, la constitución: Plan de San Luis]
En estos nuevos tiempos de cambios y descubrimientos de todo tipo, la política no podía quedar relegada, a tal punto, que los nuevos modos para abordar los temas de Ciencia Política, desde lo estratégico hasta lo convencional, han sido asediados por nuevas ideologías. Pese a lo anterior, algunos de los partícipes han modificado su manera de actuar haciendo alusiones a expresiones o frases que años atrás fueron aplicadas por personajes célebres.

Una de las herramientas más versátiles y benéficas de la política ha sido y será el discurso, medio por el cual los contendientes ponen al manifiesto su propuesta política.

El discurso en sí, es una alocución formal (acto oral de dirigirse al público) cuya multiplicidad de enfoques lo han llevado a ser definido de diversas maneras (como una estructura verbal, un evento comunicativo cultural, una forma de interacción, etc.) y hoy en día tanto el discurso hablado como el escrito se consideran una forma de interacción contextualmente situada.

Cabe mencionar, que muchas de las acciones emprendidas por los candidatos actuales traen consigo un trasfondo histórico que hace referencia a ideas pasadas que siendo adaptadas a la época pretenden ser implementadas. Esto quizás de buenos resultados, sin embargo, hay que considerar el hecho de que tales eventos sucedieron en una época muy diferente a la que se vive hoy en día, por lo que las consecuencias pueden ser inesperadas o bien suscitar una algarabía nacional.

Un ejemplo muy claro y evidente, es el que se suscitó el año pasado (2006) cuando el candidato a la Presidencia de la República por parte del Partido de la Revolución Democrática (PRD) y aliados, Andrés Manuel López Obrador, tras haber perdido las elecciones del 2 de julio se mostró inconforme pues argumentaba que se había suscitado un fraude electoral, motivo por el cual, decidió realizar manifestaciones de protesta que lo llevaron finalmente a tomar cauces no institucionales, conforme a la legalidad imperante en México, para anunciar la conformación de lo que llamó un gobierno paralelo, figura a la que la legislación mexicana no confiere ninguna atribución. Del mismo modo, hizo que sus simpatizantes y colaboradores cercanos lo proclamasen, como lo que llaman ellos, el presidente legítimo. Dichas acciones que emprendió AMLO, se asemejan bastante a las llevadas a cabo por el líder político Francisco I Madero en 1910, año en el que promulgando el Plan de San Luís llama a la sociedad a levantarse en armas en contra del entonces presidente, el General Porfirio Díaz, desconociendo su reelección en el cargo, anulando las recientes elecciones por otras nuevas y anunciando como fecha de levantamiento el 20 de noviembre.

Del párrafo anterior, se puede concluir que ambos personajes políticos acuden a las mismas instancias discursivas (en las que violan las leyes constitucionales) para lograr objetivos hasta cierto punto comunes.

En conclusión, la metodología del discurso político corresponde a una serie de ideas pasadas y recientes que se conjugan para obtener cierto beneficio, en general, trata, desde una perspectiva crítica, de sustentar una propuesta que lo llevan a ser concebido como una práctica social desde la cual se establecen relaciones entre las instituciones y las estructuras sociales que le sirven de contexto.

Javier Bartolo Trujillo 1050151

domingo, 11 de febrero de 2007

UNA ÉPOCA CONTRASTANTE

[Orden y Progreso: Porfiriato]







En el libro de “nadie me vera llorar” de Cristina Rivera podemos observar la historia de un personaje que se da el lujo de viajar a Roma en una época donde la población de México estaba siendo tratada como esclavos en las haciendas.

En muchas de las historias sobre el porfiriato se llega a saber sobre las famosas tiendas de raya en las que familias enteras eran endrogadas por generaciones al tratar de satisfacer sus necesidades más indispensables, y en algún texto que leí sobre un reportero norteamericano que vino a hacer una investigación acerca de la situación en la que vivían los mexicanos, me sorprende una parte en la que un esclavo estaba tan enfermo que al toser sacaba un pedazo de pulmón, lo cual nos habla de la insalubridad en la que vivían, de la forma en la que eran golpeados, vendidos, humillados, explotados de sol a sol, donde los trataban como animales y no como personas. Si nos vamos al otro extremo, nos encontramos a los profesionistas, gente acomodada, los científicos ya que Porfirio se rodeó de estas personas para poder hacer crecer al país, los extranjeros. Esta parte de la población era la que se dejaba ver, la que estaba en los periódicos y enorgullecían al país en ojos del mundo.

Si nos remontamos a los principios de ese siglo podemos clasificar dos partes fundamentales, una donde la población pobre se volvía más pobre, la fuerza laboral, y la mantenían escondida y la otra parte donde la gente rica se hacia más rica, abusaba de sus privilegios y la daban a conocer para dar una buena presentación del México contemporáneo y su clase. Pero ahora nos remontamos a nuestra época donde creemos que esto ha desaparecido, sin embargo hay que preguntarnos si en realidad hemos avanzado.

Autor:LUIS GARCÍA 961235

LOS ENGORROSOS TRÁMITES DEL DIVORCIO

[La Gran Familia Mexicana: Una Visión desde el Divorcio]



Es bien sabido que en México, la mayoría de los trámites son engorrosos, sumamente lentos, y tardados, al grado que parecen interminables. El divorcio en este caso no es la excepción dado que este proceso si no es de muto acuerdo puede llevar consigo años para poder solucionarse. Antiguamente era tanto el papeleo y se le daban tantas largas que sumaban amplias tardanzas, con el fin de que los enojos y molestias que aparenten ser inrreconsiliables, se disuelvan o pierdan fuerza, hasta el punto en que el individuo afectado por estos problemas acepte de nuevo a su pareja, y así parar todo trámite acerca del divorcio. Sobre todo durante las época del siglo XIX donde la iglesia creaba numerosas y separadas sesiones de reconciliamiento marital.

¿Es acaso una cuestión muchas veces de tiempo el que los divorcios no se realicen? ¿La sociedad reclama que este tipo de trámites sea menos lento? ¿Y si es así, esto llevará consigo una gran oleada de divorcios al disminuir los engorrosos trámites? Según una famosa página de Internet dedicada a encuestas de diversos temas, se puede encontrar que los ciudadanos cada vesz piden una mayor agilidad en la realización de los trámites de divorcio, ya que el 54% de los encuestados mencionaron que el tiempo de los trámites para un divorcio debería disminuir ya que es excesivamente largo y desgastante. Mientras que encontramos una cosa sorprendente, hubo personas que opinaron que los divorcios deberían de aumentar en tiempo de realización, esto con el fin de disminuir e inducir a la reducción de los mismos.

En mi opinión, el sector más mediocre de esta encuesta mostró que se debería de quedar como está con un 20% se ubica en el segundo lugar, por delante del 18% de quienes quieren que aumente; lo llamo mediocre a este sector ya que este trámite a mí saber y entender es demasiado largo y difícil de llevar.

Algo que hemos olvidado hasta el momento en esta lectura y con lo cual me gustaría finalizar es la cuestión monetaria, la cual no es para nada minuta, ya que el tiempo es dinero y entre más tiempo más dinero, y en muchas situaciones a mi parecer este no debe de ser un impedimento que aliciente a las mujeres o a los hombre a permanecer con una relación dañina, a mi sentir el divorcio debería de ser más rápido para ser más barato y así, no tener excusa alguna al menos por parte del gobierno de facilitar la no violación de derechos humanos los cuales pueden llegar a sufrir las personas unidas forzosamente.


Luis Gustavo Trueba T. 961032


Referencia:


LA ESCOLARIDAD VS DIVORCIO

[La Gran Familia Mexicana: Una Visión desde el Divorcio]



¿Será cierto que aún en nuestros días los divorcios se siguen viendo de igual manera que en siglo XIX por ambos géneros? o ¿será que el aumento en la escolaridad tendrá un nuevo giro en este tipo prácticas?

Como se espera, estas prácticas van en aumento cada año y no paran su crecimiento a nivel mundial, esta situación se ve cada día con mayor naturalidad como si fuese una parte más del matrimonio, pero la escolaridad tiene que ver algo con este constante incremento en los divorcios, será que a mayor escolaridad la gente demanda más divorcios, o su aceptación es más amplia por este tipo de situación, estas incógnitas planteadas pueden quedar solucionadas cuando analizamos los datos provistos en los últimos censos de vivienda y población por parte de la página http://www.parametría.com/ (página especializada en probabilidad y estadística descriptiva), la cual menciona que un mayor grado de las personas que tienen un nivel sumamente bajo de escolaridad, especialmente la primaria, tienen un sesgo hacia la aceptación del divorcio como un medio viable para los llamados “problemas inrreconsiliables” de una pareja, también muestra que para los niveles de escolaridad secundaria y bachillerato, las personas encuentran un nivel muy parecido de aceptación en cuanto al divorcio, como medio de separación, ya que para los de secundaria se tiene un 29% de aceptación, mientras que para los de bachiller un 24% y para primaria como ya se mencionó, es el porcentaje más grande 31%.

Por otra parte, algo sobresaliente y destacable en estos datos es que los niveles más bajos representan los extremos en nivel de educación, puesto que para un nivel de escolaridad nulo sólo el 5% de los encuestados aceptaron el divorcio, mientras que para los niveles de universidad y más avanzados tenemos un 10% de aceptación, esto nos hace pensar de una ciudadanía aunque polarizada en cuanto a estudios, con un punto de vista parecido en cuanto al matrimonio. Esto hace pensar que los extremos en nivel de escolaridad tienen una concepción del matrimonio muy parecido.

Para finalizar podemos agregar que este tipo de estudios nos sirven para analizar situaciones futuras, dado que sabiendo el modo en que se comporta el nivel de escolaridad en México ya sea que se incremente, baje, o se mantenga, podemos vaticinar el comportamiento de nuestra sociedad en cuanto a la concepción del divorcio como un aspecto malo o bueno.

Erika Esparza E. 961010

domingo, 4 de febrero de 2007

CUESTIÓN DE HONOR

[La Gran Familia Mexicana: Ilegitimidad de los hijos]



La problemática de los hijos ilegítimos ha sido un aspecto que desde épocas pasadas ha sucedido en la sociedad y que hasta el momento no se ha podido erradicar. Lo cierto es que se trata de algo delicado en donde los hijos son los más perjudicados.

En la actualidad las personas involucradas prefieren no reconocer las consecuencias que les trajeron sus actos, puesto que está en peligro su libertad y además con ello se pone de manifiesto una responsabilidad que requiere un gran compromiso. Por lo tanto, prefieren llegar a juicio hasta que se compruebe lo contrario.

Afortunada o desafortunadamente ya existen pruebas como la del ADN para corroborar la paternidad de los hijos lo cual facilita la comprobación de los hechos. De esta forma, queda de manifiesto la verdad.

Pero, y ¿qué sucedía en años atrás en donde no habían pruebas que pudieran respaldar lo que oralmente se manifestaba?

Remitiéndonos al siglo XIX, específicamente en la época de la colonia, cuando la situación de las mujeres no era la más propicia debido al maltrato físico y verbal del que eran objeto y en donde la figura masculina gozaba de la mayor cantidad de derechos, los problemas que se suscitaban en el matrimonio eran, por obvias razones, resueltas por la figura masculina no importando la índole de dicha discusión; la mujer era sumisa y debía aceptar y obedecer a su esposo sin ningún reclamo. Sin embargo, respecto a los hijos ilegítimos era algo realmente curioso y lógico de entender, pues cada vez que a un hombre se le reclamaba por un hijo, éste debía aceptar su responsabilidad aún sin saber si en realidad se trataba de su hijo, pues de antemano estaba de por medio su reputación y el que dirá la sociedad, ya que en aquella época estaba mal visto que un hombre dejase una responsabilidad de lado.

Quizás y para muchos esto suene un poco fantasioso por la poca o nula relación con lo que sucede en el presente, pero efectivamente, este tipo de cosas sucedía hasta en las mejores familias.

Javier Bartolo 1050151

Referencia:

García Peña, Ana Lidia. El Frecaso del amor. Género e individualismo en el siglo XIX mexicano. México: Colegio de México-UAEM.

POSIBILIDAD DE DETENER EL TIEMPO

[El Lado Oscuro de la Modernidad: La fotografía]






¿Qué es el tiempo? Realmente no existe definición exacta y concreta que lo describa, sin embargo, todos sabemos que esta presente y que a sus efectos nadie ni nada escapa.

El transcurrir de la vida trae consigo momentos gratos y difíciles, pero como cualquier cosa que inicia, tiene un fin. Lamentablemente esto es así y no podemos hacer nada para remediarlo, pues no tenemos el poder para controlar el tiempo. Es por esa razón que debemos hacer que nuestra vida sea placentera y que siempre esté llena de alegría; hay que considerar el hecho de que la vida, al menos eso es lo que se cree, se vive una sola vez y hay que aprovecharla.

Hasta el momento, las innovaciones tecnológicas no han podido tener un verdadero control sobre el tiempo y más bien el hombre ha sido presa de éste; pese a eso, no renuncia a la posibilidad de manipularlo (atrasarlo, adelantarlo o simplemente detenerlo por un algún instante).

Lo anterior, ha llevado al hombre en busca de métodos alternos con los cuales pueda proveer pruebas o vestigios de su presente (que ya es pasado) de tal manera que impregnase algunos de sus acontecimientos. De esta forma, inventó lo que es la fotografía.

La fotografía ha venido a revolucionar al mundo, pues ha sido el medio capaz de retener lo que sucede a nuestro alrededor cada vez que uno lo quisiese y de forma instantánea. Este hecho quizás para muchos no sea relevante, pero reflexionando un poco nos daremos cuenta de que es nuestra mejor arma contra el tiempo, ya que con ésta plasmamos nuestras ideas, sentimientos y compañías de pequeños instantes de la trayectoria de nuestra efímera vida.

La fotografía como tal es considerada como un arte y hoy en día es algo que la gran mayoría conoce. En la actualidad existen otros métodos con los cuales no perdemos ningún instante de algún suceso, por ejemplo, con una grabación, no obstante, su modo de operación se basa primordialmente en el funcionamiento de lo que es la fotografía.

Aunque el tiempo nunca se detiene, sabemos que podemos capturarlo por medio de una imagen que guarda un momento agradable (generalmente) para así, quedar en el tiempo de forma indefinida.

Nosotros moriremos, pero el recuerdo siempre se queda ahí.

Javier Bartolo 1050151

Locura racional

[El Lado Oscuro de la Modernidad: Locura racional]



La sociedad moderna vive a un ritmo desenfrenado, cada vez existen más problemas sociales y menos soluciones a dichos problemas, ya sea por los mismos individuos de una comunidad o por sus autoridades. Dichos problemas van mermando el humor de los habitantes, hasta el punto de causarles problemas físicos y emocionales, pudiendo llegar a la locura.

Problemas tan diversos como la inseguridad, la corrupción, el narcotráfico, la mala distribución de riquezas, son algunos ejemplos de todo lo que sufrimos como miembros de una sociedad cambiante y con poco grado de adaptabilidad. Sin embargo, ¿cómo se puede adaptar una persona a todas estas circunstancias? Ciertamente es muy difícil, debido a que se requiere de preparación, fuerza de voluntad, e incluso, suerte.

Debido a esto, el discurso de la locura racional toma cada vez un papel más importante en nuestras vidas. Una persona se puede enfrentar, entre otras cosas, a la falta de preparación y, como consecuencia, a la falta de oportunidades, la escasa productividad económica, problemas de salud y una serie de impedimentos laborales que tarde o temprano rompen con el equilibrio emocional del individuo, provocando su enajenación.

Después de esto, es fácil comprender porqué existían tantos internos en el manicomio de La Castañeda en la ciudad de México; como consecuencia de una guerra civil de diez años, muchas mujeres y hombres perdían la razón. Las injusticias sociales, los problemas políticos y la inestabilidad económica característica de los años posteriores a la revolución, provocaba en los habitantes capitalinos el efímero deseo de escapar de su realidad…


Autor: José Escamilla 960923


Referencia:
Rivera Garza, Cristina.(2003).Nadie me verá llorar.México:Tusquets.