
Las fronteras territoriales entre países han significado a lo largo de la historia incontables guerras, pugnas. En fin pareciera más un bien un sinónimo de muerte. En algunas ocasiones estas disputas se convierten hasta en absurdas, por el derrame excesivo de sangre, algunas de estas guerras se han extendido hasta nuestros días después de siglos y siglos de lucha. Pero más allá de la tragedia y toda la desolación que han dejado estas guerras, la frontera debe de verse como una oportunidad de crear al ser humano nuevas visiones de un mundo. Las unión de la ideología de dos países puede y debe traer consecuencias gratas. Estos pedazos de tierra deben de propiciar el surgimiento de una ideología nueva donde converja lo mejor de cada una de las fronteras ya lo mencionaba Octavio Paz “... la frontera es habitualmente entendida como metáfora de hibridación e intercambio. En su acepción geográfica y política, las fronteras son menos benévolas, tornándose ejes divisorios, de exclusión y jerarquización social ...”. Esta es la visión generalizada de todas la fronteras del mundo, esto ha sido por que durante años el hombre en estas zonas ha intentado lo fácil, nada complicado o extraordinario, resulta mucho más difícil crear algo en beneficio de todos lo que viven en esta zona, por años gobierno y habitantes de la zona han emprendido estos campañas de fragmentación y segregación en la zona. El rico odia al pobre y el pobre al rico, el blanco al negro y el negro al blanco, cuando en realidad estas diferencias pondrían crear una cultura completamente diferente, con las riquezas de cada una.
Cuando hablamos de frontera es imposible no pensar en una de las más transitadas del mundo y que involucra a México, me refiero a la frontera Tijuana y San Diego, con más de sesenta millones de desplazamientos legales anuales, estos números son bastante grandes como para no tomarse en cuenta, son más que asombrosos, esto habla de una línea fronteriza con grandes problemas pero también con un sin fin de oportunidades. Otro motivo que nos debe de asombrar es que en San Diego viven 1.223.400 personas, de las cuales el 25.40% de este número es mexicano, aproximadamente 310744 personas. Toda esta mezcla de razas, identidades, ideologías, creencias, etc., no deberían de crear una cultura de división y fragmentación, por lo contraría debemos de luchar por crear una cultura México-americana que tome cada una de las fuerzas de cada sociedad, donde converjan las ideas nacidas de una hibridación socio-cultural, con el fin de crear una punta de lanza para las demás fronteras donde se vive con hostilidad.
La creación de una cultura con mayor aceptación entre sus fracciones es una oportunidad que no podemos dejar pasar, ya que esta traerá beneficios de gran importancia para ambas partes de la frontera, para los Estados Unidos ayudaría a entender como el fenómeno de la inmigración puede tomar nuevos bríos, y para los mexicanos que viven allá ayudaría e tener una mejor calidad de vida para cada uno de nuestros compatriotas viviendo en la frontera.
Luis Gustavo Trueba T. 961032
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